Han vuelto los Toros a Bogotá después de cinco años de sequía taurina, para demostrarle al mundo que
la lucha contra los abusos de autoridad y despropósitos de quienes se empeñan en la liberticida actitud
de cercenar derechos a los ciudadanos, tiene futuro.
Y como ejemplo, el desesperado esfuerzo de los novilleros colombianos que hicieron la huelga de
hambre frente a la plaza Santamaría porque veían como pasaban los días y su destino era incierto.
Fueron un auténtico ejemplo de dignidad en la lucha por los valores culturales, arropados ante enormes
dificultades, por la Fundación “Sol y Sombra” con el matador Nicolás Nossa al frente.
La Sala Constitucional colombiana se encargó de poner las cosas en su sitio, la Tauromaquia forma parte
del patrimonio cultural del país de las esmeraldas y con sus reiteradas sentencias ahogó las pretensiones
del ex alcalde Gustavo Petro, otrora terrorista consumado y del actual regidor, Enrique Peñalosa,
también demostrado enemigo de la Fiesta. A estos señores que llegan al poder para cercenar derechos
han de saber que la cultura de sus pueblos no forma parte de su botín.
Con el triunfo de Roca Rey, El Julí y Luis Bolívar, en el día de la Libertad, Colombia ha vuelto a colocar las
cosas en su sitio del que nunca habían debido salir. Y ha sido con el Derecho como bandera, como
corresponde en nuestras sociedades civilizadas y como desde la AIT hemos insistido en innumerables
ocasiones. Detrás del derecho, un empresario y abogado, Felipe Negret, que puso al servicio de la
Tauromaquia y de su país, sus conocimientos y experiencias. Cuando Bolívar le brindó un toro, debe
haber empezado a sentir la compensación a tanto sacrificio.
Ese día, a lo lejos se escuchaban los aullidos de la jauría, que aún vencidos, intentaron frustrar el
resplandor de la tarde, con uno odio y una violencia que no los deja vivir. En el fondo era sólo la envidia
de vernos libres la que les irritaba. Los vamos a vencer porque somos mejores que ellos desde el punto
de vista moral, humano y cultural, y sobre todo, porque sólo luchamos con las armas del Derecho.
Ahora toca Quito. Vamos por partes, y en Ecuador se está gestando el cambio político que permitirá la
vuelta de los Toros a la capital ecuatoriana y el rescate de su Feria de Jesús del Gran Poder, que tangibles
beneficios económicos dejaba a la economía quiteña.
Después libraremos la batalla de Caracas, la capital de Venezuela, hoy víctima de la más triste aventura
Asociación
Internacional Internacional
de Tauromaquia de Tauromaquia
política vivida en su historia republicana. Pero allí está el Nuevo Circo, su vieja plaza del año 1919,
deseosa de abrir las puertas a su entusiasta afición.
México avanza y cada vez son más los estados federales que reconocen la Tauromaquia como parte de su
patrimonio cultural. Su afición se moviliza en su defensa, y aunque no es fácil, pronto se obtendrá el
reconocimiento nacional en el país que después de España es en el que se vive la Fiesta con más fuerza.
Entre tanto, Barcelona, como el pájaro al que le abrieron las rejas de su jaula, se lo piensa para volver a
volar. El ejemplo está en Colombia, no hay que temer a nada, la lucha es por nuestros derechos, la
dignidad y la libertad y en ese campo no nos vencerán.
Desde la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT), reafirmamos nuestra fe en la defensa de los
derechos que nos amparan, y en lograr el Sistema de Protección Jurídica (SPJ) en cada uno de los países
taurinos dado que la lucha por nuestros derechos se libra, se gana o se pierde, día a día. Eso lo saben los
liberticidas, debiendo también nosotros tenerlo presente.
A.I. de Tauromaquia
25-11-2017